Gredos

Gredos
"Una cosa reparada puede cambiar otras mil"
John Berger.


domingo, 6 de marzo de 2011

ATENCIÓN .ME CAMBIO A WORDPRESS

ME CAMBIO A WORDPRESS.  LA NUEVA DIRECCIÓN ES:

http://lahuertadelosrobles.wordpress.com

jueves, 3 de marzo de 2011

Ocelón, un aprendiz de gallo

     A ver cuándo termina de amanecer. Tengo hambre y éstas se pegan a mí como lapas, quien nos vea pensará que esto es el chisme ese de plumas de Sara Montiel.
     Ya está, se hizo la luz. No sé que traerá el mengano este en la lata. Mas vale que me retire un poco, por si acaso. A ver... !Joder!, qué bueno está esto.  Qué manía tienen de tirarlo todo fuera. Si no espabilo, me quedo sin nada. !Qué ansia!; se han metido todas en la perola. Hay que poner un poco de orden.       Esta perinola lo lleva crudo, tan esmirriada. Más vale que vaya dando una voz y sepan quien manda aquí. (...)
Menuda voz de grillo, Qué puedo esperar si sólo tengo 16 semanas. Todo se andará.  Estas dos botijas sí son obedientes; que coman del cacharro ese, frió. Podría echar un vuelecito, pero esto está un poco oscuro. 
    Tú!, "tres dedos". a ver si es posible que pueda meter el pico sin que me pises el cuello.
     Y ahora, a ver qué encuentro por ahí. Dónde vais, que esta mosca la he visto yo primero. 
      He oído que nací a orillas del Duero y que tengo sangre morisca. Mi familia siempre ha vivido en tierra de vettones y eso marca. No se quién me dijo de alguien que nació también en un río y fue lazarillo de un ciego:  madera de héroes.  Mi madre me susurro que tengo rancio abolengo  y no ha conocido varón extranjero. Qué ilusa,  si nuestro origen está en los moriscos. cuantos cruces habremos tenido. 
     Menudo cachodeo. Dicen estas que aquí se gasta un sexo de granito. Lo veremos...  pronto mi plumaje será completamente negro con reflejos metalizados y tendré una  gran cresta roja.   

miércoles, 23 de febrero de 2011

Una planta que no conocía.

   



     Esta es la semilla del alazor o cártamo.(Carthamus tinctorius)   Una alternativa de proteínas para las aves (y otros animales)  No es fácil de localizar en cantidad. Espero que las que he encontrado no procedan de alguna multinacional americana.  Voy a sembrarla en unos días. Aunque es un poco tarde. Es de secano y por su rusticidad no presenta demasiados  problemas de plagas.  Se suele plantar de diciembre a enero, pero en primavera, si le das algún riego, también  sale adelante.  Supongo que las gallinas la tendrán en el menú este otoño.   Otra forma de conocimiento inútil. Salud.


jueves, 17 de febrero de 2011

Un nuevo elemento en la familia



 
       Esta es Kika, es decir, Federica.  Una gallina enana.   Hay que felicitarla, ha sido la que inaugura la puesta. El feliz suceso ha tenido que producirse a lo largo de la mañana. Sola y sin asistencia hospitalaria. Y tan pancha. Mañana quizás otro.
       La verdad es que desde que entró puso firmes a todos los demás, incluidos los machos de Castellana Negra. Muy mala leche, tiene muy mala leche y aleja a todas de los comederos.  Levanta las plumas del cuello formando un paraguas. Impone. Tengo que poner dos latas separadas con el almuerzo (Tenéis que perdonarla aún no se ha limpiado los restos de patata del pico). Duerme lo más alto que puede. No se fía. El instinto no se pierde.  Les lleva unas semanas a las otras.  Ha llegado a su madurez sexual y ha empezado a poner. Un huevo entre moreno y blanco, pequeñito. Y esto no ha hecho más que empezar.
    “Tarde se aprende lo sencillo”, decía el poeta.  Y sucesos elementales como este, ya casi olvidados por los urbanitas, son muy gratificantes.  Hoy ha sido un buen día. Salud.


miércoles, 16 de febrero de 2011

Páginas. La Huerta de los Robles

      Me propuse hace algún tiempo preparar un pequeño  gallinero para el autoabastecimiento. En estos tiempos en que los señores del dinero siguen  empecinados en procurarse riqueza basándose en el consumo a ultranza y en la especulación monetaria, he trazado un rumbo encaminado a  disponer  de  una parte de las cosas que necesito  de forma  autosuficiente.   De tal manera  que, rascando un poco, hace algún tiempo en el mundo campesino, me cedieron una huerta en las estribaciones de Gredos.  La vengo cultivando hace casi dos años, no sin esfuerzo, pero me va proporcionando verduras  y hortalizas para toda la familia y apenas he preparado  300 metros.   Son tierras duras, por la climatología pero extraordinariamente generosas  para la huerta durante unos meses.
                                                                     Peña Negra.
      Una cosa lleva a la otra y el siguiente paso va siendo,  en este inicio de año,  la construcción de un pequeño gallinero con la idea de tener  huevos y carne de calidad.  
     El gallinero es rentable siempre.  Siempre que se gestione con rigor y austeridad en el gasto. Si se dispone de un pequeño lugar en casa, una terraza de cierto tamaño en la ciudad, un patio o la parte trasera de un adosado; un pajar en el pueblo que nadie está dispuesto a reconstruir, un solar cedido por algún ayuntamiento o asociación,  el patio de un colegio… es posible montar un gallinero. Las únicas cuestiones espinosas son el tema del ruido, (hay razas más nerviosas  que otras) sobre todo si se tiene un gallo y los olores, pero se pueden manejar sin demasiados problemas. Podemos limitar el número de gallinas o incluso prescindir del gallo que tanta alegría y vida le da al gallinero.  
      La consecuencia inmediata ha sido la vinculación de las dos actividades, de manera que sin el huerto, donde puedo plantar sin grandes dificultades plantas destinadas expresamente  a las aves, el gallinero supondría un gasto algo mayor.  Son proyectos necesariamente complementarios.
      El gallinero empieza a proporcionarme estiércol y materia orgánica de excelente calidad para enriquecer la huerta.  Conozco las dificultades para fertilizar los huertos urbanos, sobre todo cuando se pretende seguir las pautas  ecológicas y la cría de gallinas es un método muy válido para obtener una materia imprescindible para hacer un buen compost.       
                
La regadera.
      No son para mí pasatiempos, ni actividades lúdicas, aunque me divierten y me procuran grandes satisfacciones.  Es  cuestión de una  actitud vital de resistencia, de insistencia.  Todo lo que afecta al hombre es política. 
      Dice John Berger, uno de los artistas que mejor ha retratado el ocaso del mundo campesino, que “una cosa reparada puede cambiar otras mil.” 
     Hay en el campo ibérico, en las ciudades y áreas metropolitanas gran cantidad de zonas y lugares, huertas abandonadas que, con  tenacidad, pueden ser recuperados,  sin la necesidad de comprarlos.  En ocasiones supone abandonar la ciudad y vivir en el campo y no todos podemos  o estamos dispuestos.  De vez en cuando se oyen o se leen en los medios llamadas de auxilio de las gentes de pequeños pueblos a punto de desaparecer, de asociaciones, integradas casi exclusivamente por personas mayores, pidiendo gente joven  a cambio de vivienda ,etc.  En la ciudad tenemos las intenciones, la ilusión de una vida mejor, la teoría,  pero también las dudas y el desencanto.
     Me he propuesto, pues,  hacer unos cuadernos de estas prácticas  e ir publicando hojas sueltas en  Granja Urbana.  Gracias de antemano a las personas que dirigen este espacio.
      El planteamiento que he pergeñado en cuanto al huerto  es hacer aportaciones, muy personales, de los ciclos naturales  y las labores en un huerto. Colaboro desde hace unos años con una asociación que cultiva una pequeña huerta urbana en  la periferia de Madrid, pero puedo mostrar también cómo es la vida de alguien que cultiva una huerta familiar en el campo. 
     Yo no voy a dictar un manual.  Ya los hay muy buenos. Ni daré un cursillo acelerado online que resuelva todos los problemas. Quiero ofrecer mi experiencia personal y mostrar cómo hago yo las cosas, aunque puedan parecer poco ortodoxas o incluso  equivocadas a ojos de los demás.  No deberán estar necesariamente reñidas con el rigor y una planificación meditada.  El medio que nos rodea es suficientemente determinante como para modificar nuestros propósitos. 
          El gallinero es un proyecto en ciernes  Acabo de hacerme con unas aves y volcaré mi proceso de aprendizaje  apoyándome en personas que sepan más que yo y al mismo tiempo que pueda ser un estímulo  para los que siempre han tenido es escozor de tener unas gallinas.
     No soy buen fotógrafo, pero intentaré ilustrar todas las aportaciones.  Haré siempre referencia a  mis fuentes, a los nombres de mis maestros, a mis contactos, a las direcciones  en la red de personas  que me gusta lo que hacen,  webs o blogs, bibliografía…
     He pensado empezar hablando del sujeto en cuestión: gallus  gallus.  En unos días  presentaré a las gallinas que he elegido para iniciar el plantel (una cuestión sentimental también).
      Hablaré de las gallinas desde  el periodo del 3er al 5º mes, cómo he construido mi gallinero y cómo lo hicieron otros;   de su estructura y  los elementos imprescindibles para la comodidad de las aves,  del espacio, la luz…      
      Las aves necesitan comer, comen mucho. Y necesitan beber, beben mucho. Por eso requieren un equipamiento eficaz, que no necesariamente caro  o sofisticado y una alimentación rica y variada. La idea  fundamental que rige este asunto desde mi punto de vista  es la austeridad,  para que sea rentable anímica y económicamente.  Hay que hacer  bebederos y comederos o comprarlos baratos y adecuados a las necesidades delas aves. Necesitan perchas para adecentarse y dormir , nidales para las puestas.    Serán anotaciones fruto de los aciertos y los errores,  nunca exentas  de humor, ironía o espíritu crítico. Será una forma de humanizar también los espacios virtuales, de los que aún tengo recelos.
       Iré comentando cómo me va en la atención  básica para que las gallinas estén bien  y cumplan la función para la que se hace esto.  Limpieza, desinfección de instalaciones. Las aves deben llevar una vida natural y acercarse lo más posible a su hipotética vida en libertad.



                                            Hombre y gallo. De Yeros.

Me importa mucho su alimentación. Y por lo que he podido leer y oír hasta ahora  es cuestión polémica.  Las gallinas necesitan un equilibrio nutricional riguroso, sobre todo para evitar que enfermen y nos ofrezcan huevos y carne de calidad.  
     Tampoco soy veterinario, pero con sentido común e información, las gallinas estarán sanas sin atiborrarlas de vitaminas  o complementos innecesarios.  Surgirán temas  y cuestiones imprevistas de la actualidad gallinera.  
      Es relativamente sencillo percibir el importante  componente emocional de lo que escribo, porque no hay nada en lo concerniente al campo, los animales, las plantas o el paisaje  (incluidos sus recursos)  y al hombre, que pueda estar desligado de  los sentimientos. Es una parte muy importante del habitar.  Ahora no recuerdo quien dijo que “De todos los estados de ánimo posibles, el mejor es aquel en que el hombre se echa al camino”  En eso estamos.  Salud.

"GALLINERO"


     Comienzo la serie con la palabra gallinero.  El diccionario de la RAE. (Del lat. Gallinarius y gallinarium)  efectivamente  en su segunda acepción  la define como  “persona que trata en    gallinas”,  y más adelante como :  “ Lugar o cobertizo donde las gallinas se guardan a dormir.”      Pero a mi me interés más comentar su sentido figurado, es decir, la cazuela o paraíso del teatro y por extensión  “lugar donde hay mucha gritería y no se entienden unos con otros. “ En esta ocasión los autores de esta entrada del diccionario son bastante cautos.
     En este sentido empieza a utilizarse a mediados de siglo XIX  y se refiere a la cazuela de los teatros.   Mesonero Romanos en un artículo titulado El teatro por fuera,  habla del “gallinero” y su proverbial bullicio.
     Otros autores (Narciso Díaz y Francisco de Paula Lasso de la Vega) hacia 1924 lo describen con graciosa  precisión.   “… es una cueva practicada frente a frente del escenario para albergar, hacinados, unos cuantos centenares de mujeres.  Desde la boca de esta cueva hacia el fondo va bajando el techo y el precio de los asientos, pero también va subiendo el suelo y la incomodidad… En las puertas hay un centinela macho que despide a los hombres, y otro centinela hembra que recibe a las mujeres; esta se llama con mucha propiedad “acomodadora” (…) en su interior es el paraje más animado de todo el teatro.    Antes de empezar la comedia se habla, se disputa, se grita, se alborota, se mueven pendencias y hasta batallas campales. Las de atrás llaman a las de delante usías y señoronas; las de delanteras llaman a las de atrás groseras y canallas; aquellas se quejan de que estas apestan a almizcle; éstas se lamentan de que aquellas apestan a vino… A veces es tal el estruendo, que el pueblo barón empieza a gritar desde el patio y las lunetas: ¡Callad, cotorras!  ¡Silencio en el gallinero!  José Mª  Iribaren, autor a quien se debe esta referencia, comenta  que la palabreja hacía referencia más que al lugar, al “ gritador y pendenciero público femenino” la palabra pasó más tarde a describir cualquier situación en el que “se monta el pollo” gritando, sin entenderse. Salud.

domingo, 13 de febrero de 2011

Lo dicho... Una nueva sección

      Desde hace siglos se viene utilizando el universo gallinaceo para contar chascarrillos, chistes o pequeños cuentos con moralenja. Tambíen han sido  frecuentes las palabras gallo, gallina, pollo, huevo etc, para la formulación de dichos, ahora populares y de origen incierto  o documentado; incluso habrán formado parte de verdaderas narraciones o cuentos.  Tambíen se han utilizado hasta la saciedad con sentidos desviados,
     Me he propuesto ir registrando todo lo que recuerde o me encuentre. La diversidad cultural de la península da mucho juego en este aspecto y me gustaría contar con la colaboración de todo aquel que conozca, recuerde o haya leido algo a este respecto.   Sería interesante, así mismo intentar ver qué vínculos se han establecido entre esta familia de palabras y las relaciones hombre-mujer. Me encanta escuchar y contar  historias. Salud.  

domingo, 6 de febrero de 2011

Principios activos

     El día, algo menos frío ha resultado prolífico. Voy terminando los últimos detalles del gallinero. Un pequeño comedero de madera  que he cubierto a porteriori con una rejilla de un escurreplatos. Por unos días se había convertido en un dormitorio comunal: dormían y comían en el mismo artilugio.

     Si me mantengo a cierta distancia, las aves me observan  de reojo y luego se arrancan en pequeñas carreras para quitarle a otra un bocado de puerro.  La más pequeña parece aterida, pero cuando pongo algo más de comer reacciona como las demás. 
     Las primeras semanas de vida han estado bien alimentadas y han complementado la mezcla con calcio y árnica montana.
     La homeopatía biene siendo cuestionada desde hace algún tiempo (al menos  lo noto en los medios)  Puede que en esto tenga que ver también alguna campaña de desprestigio de algún laboratorio.  Evidentemente la homeopatía  en humanos no cura enfermedades severas, pero sus principios activos pueden hacer la vida mejor en otros casos.  Tengo para mí que las medicinas llamadas alternativas (muchas no lo són porque estan metidas en la vorágine del consumo y de las farmaceuticas) van muy bien a personas que están relativamente sanas. En ocasiones son caras y no puedo dejar de pensar en el fraude.
     No obstante los principios activos en aves, si relamente los gránulos los contienen, desde el punto de vista  preventivo de enfermedades tienen sentido, como un complemanto alimenticio más; del mismo modo que les corto tallos de hortigas, que hay casi todo el año, les pongo cebollas, ajos (me han recomendado una tintura de ajo que les aporta muchas defensas. En otro momento publicaré la receta. Todos hemos oido hablar de las excelentes propiedades de los ajos) cebollas u otros vegetales.  Son parte de nuestra vida  los tratamientos con hierbas medicinales, la fitoterápia,  y no son apenas cuestionados. Lo mismo sirve para las gallinas. Al menos intentaremos evitar tener que doparlas o vacunarlas para mejorar su endimiento.
    

     En la aldea vecina las ruinas que dejó el incendio de hace unos años van teniendo sentido. La cubierta vegetal de musgos, líquenes, zarzas, saucos y ortigas junto con la madera quemada y las piedras amontonadas van integrando parte del caserío en el bosque. Corre el agua a cada paso. Pronto comeremos corujas.

viernes, 4 de febrero de 2011

A mi manera.

        No puedo por menos que reproducir el comentario  que hice a  Ibán, maestro panadero, a propósito de unas lentejas. Soy un glosador nato.  Al final salió una receta. Así aprovecho e inauguro una nueva sección.

     Deberíamos rendir culto a la legumbre.  Me gustan hasta los “torraos”, como llaman castizamente a los garbanzos tostados. El otro día, con unas temperaturas de 4 bajo cero a medio día, me preparé un menú especialmente energético, pero al mismo tiempo pleno de sabores. Hacía unos días que tenía en la cocina unas judías “canela” que cultiva un paisano de esta zona de El barco de Ávila . Las había cocinado a fuego muy lento con unos pocos retales que tenía. Unos champis , tomate, pimiento rojo y verde, cebolla colorada, ajos, una patata, zanahoria, laurel y perejil con su punta de pimentón de La Vera. 
     Pero esta vez le di al potaje un poco de color y aroma exóticos con unos pliegos de kombu. Qué combinación más sorprendente !. Qué finura de algas! Dicen, además que evita las flatulencias. Siempre he pensado que no se debe echar grasa animal a las legumbres; desvirtúa el sabor y pueden llegar a ser una bomba de efectos retardados. Había puesto tb en la bandeja unos higos secos de cuello de dama para rellenarlos con nueces. No pude privarme tampoco de un trocito de chocolate puro con almendras y un chupito de un limoncillo que hacen por la zona de Chinchón. Total, onanismo puro y duro. Eres una fuente inagotable de inspiración. Salud.Deberíamos rendir culto a la legumbre. Me gustan hasta los “torraos”, como llaman castizamente a los garbanzos tostados. El otro día, con unas temperaturas de 4 bajo cero a medio día, me preparé un menú especialmente energético, pero al mismo tiempo pleno de sabores. Hacía unos días que tenía en la cocina unas judías “canela” que cultiva un paisano de esta zona de El barco de Ávila . Las había cocinado a fuego muy lento con unos pocos retales que tenía. Unos champis , tomate, pimiento rojo y verde, cebolla colorada, ajos, una patata, zanahoria, laurel y perejil con su punta de pimentón de La Vera. Pero esta vez le di al potaje un poco de color y aroma exóticos con unos pliegos de kombu. Qué combinación más sorprendente !. Qué finura de algas! Dicen, además que evita las flatulencias. Siempre he pensado que no se debe echar grasa animal a las legumbres; desvirtúa el sabor y pueden llegar a ser una bomba de efectos retardados. Había puesto tb en la bandeja unos higos secos de cuello de dama para rellenarlos con nueces. No pude privarme tampoco de un trocito de chocolate puro con almendras y un chupito de un limoncillo que hacen por la zona de Chinchón. Total, onanismo puro y duro. Eres una fuente inagotable de inspiración. Salud.

    Ahora viendo las fotos me doy cuenta  que se me había olvidado que quedaban por casa unos orejones y que de postre me comí un plátano.

El berbajo

     Cuando los   mayores del lugar me ven trasteando con las gallinas me comentan cómo las manejaban ellos, dónde las tenían, qué les daban de comer… Los hombres menos :“yo de gallinas no entiendo", me dicen.  Las gallinas era cosa de las mujeres.
      En esta zona de Castilla se alimentaban con “berbajo”. Forma  popular, seguramente, de “brebajo”. Este sufijo de carácter despectivo nos da indicios de la naturaleza y aspecto de la  comida.  El Diccionario de la Real Academia  define como “refresco que se le da al ganado” lo que en realidad es una mezcla de patata cocida (se echaban enteras y con la piel al caldero) y cebada molida.  Una vez machacada la mezcla se les daba caliente por las mañanas para que desayunaran en comandita.  (No he podido resistirme a preparárselo a las castellanas negras y no lo desprecian en absoluto)  Por la tarde se les echaba por el corral unos puñados de trigo para estimular que escarbaran en busca de gusanos etc.  La escena es fácil de imaginar: cada casa debía tener sus propias gallinas y picotearían sueltas por cuestas y callejones empedrados.
      Normalmente se sacrificaba un gallo en fiestas, por lo que había quereponerlo. Sangre nueva al gallinero.  Me cuentan que les encantaban las pamplinas. (Una hierba muy fina y sabrosa,  incluso para el consumo humano y que requiere agua corriente de arroyos muy limpios.)
     Otra costumbre que se mantiene hoy día consistía en aportarles las cáscaras del huevo picada muy menuda, porque si no lo comían por el tamaño, picaban los huevos. La escasez de calcio, efectivamente, favorece el canibalismo.  Cuando ponían los huevos “en velo” es decir sin cáscara, era la señal para echarles la única fuente de calcio que podían encontrar con facilidad.
       Me cuenta una vecina que cuando entraban en el periodo de cloquez, normalmente a principios del verano, se quedaba la gallina en el nidal y no ponía. De modo que se aprovechaba para ponerle unos huevos para incubar.  A este respecto me cuenta prácticas verdaderamente crueles para que estuvieran cluecas el menor tiempo posible. En muchos casos las metían en la regadera que circunda el pueblo y riega toda la rivera, para acortar el estado de cloquez.  Otras veces se las “apeaba”. Esto es, se evitaba que la gallina subiese a los nidales atándoles un palo a la pata.   Recuerdo haber visto prácticas semejantes con caballos en Galicia o Asturias.
      Los huevos eran una fuente de proteínas animales esencial en la dieta de campesinos humildes y no podían permitirse largas temporadas sin huevos.              
       Recuerdan gallinas blancas y menos, negras.  Tengo para mí que  Leghorn blancas, canelas, leonadas o negras. 
     He leído en un informe que en zonas cerealistas de Castilla y vinculado a los titarros recurrían a la “comuña”, esto es, la mezcla de cereales y leguminosas o al cultivo asociado de ambos granos, que proporcionaban un pienso muy completo para el ganado en general.  Etimológicamente procede  de  ”común”, en su acepción de “mezcla”  En un principio hacía referencia al conjunto de semillas  que se obtenían en la limpia el grano principal. En su mayor parte eran plantas espontáneas que los agricultores irían mejorando introduciendo especies de mayor rendimiento. Eran conscientes de la menor incidencia de los efectos negativos del consumo de algunas leguminosas, sobre todo en aves. (neurolatirismo)  El conocimiento de estas prácticas es ancestral y aunque parezca paradójico aún hay quien hace estas mezclas y, en opinión de voces autorizadas, son muy equilibradas.   Fijemos en la memoria palabras como yeros, alverjas, almorta, titarros, avena mocha, algarrobas, cebada negra,  alhorvas…  Salud
 

miércoles, 2 de febrero de 2011

A comer




Hay un preciso momento de la mañana, mientras enciendo el fuego, que me importa. Coger la cerilla… desayunar y ponerse en marcha. Aquí, a las 8 de la mañana, la luz aun no puede con la noche. 

Después de varios días sin atender a las aves, a causa de un viaje, las veo más activas. Han permanecido casi a oscuras y no parece haberles afectado las bajas temperaturas. Fuera se están alcanzando estos días 9 grados bajo cero y afortunadamente, era mi mayor temor, no se ha congelado el agua de los bebederos.





Estas son algunas fotos. ¿Alguien puede identificarlos? No sé si las fotos serán suficientemente buenas. He preguntado a algún vecino y conocen más o menos las mismas que yo: cebada, avena, centeno, yeros y poco más.
Les he complementado la dieta con algo de pan rallado, y se devoran casi una barra algún día que otro. A todos nos gustan las golosinas.
Iré modificando el grosor de la molienda del grano a medida que pasen las semanas para ir entrando en la alimentación de recría.
Este es el molinillo ad oc.
  La proteína nunca debería superar el 30% de la mezcla, pero con bajas temperatura es fundamental su aporte, porque proporciona a las gallinas las calorías necesarias para mantener la temperatura corporal (he cogido alguna gallina, no sin dificultad, y parecen estar sanas).
De modo y manera que, comparativamente, algunos de los piensos comerciales pueden tener carencias. Suelen incluir maíz o soja de origen no siempre recomendable (lease contaminación reciente con dioxinas de los piensos en Alemania). Intentaré cultivar un poco y ver como se da.
Algún ganadero me ha comentado que los cereales de la zona de Castilla suelen estar cultivados de forma tradicional y están relativamente “limpios”. Todos proceden de unos pocos distribuidores.
Tampoco quiero privar a las aves de los”bichitos del campo” y demás proteínas, entre otras cosa porque si comen fuera de casa, con cargo a la madre naturaleza, el ahorro en alimentación es importante.  Si las aves están sueltas desarrollan sus potenciales mas silvestres: búsqueda de alimento escarbando, movilidad, baños de arena para su higiene personal, etc.
Como la meteorología no lo permite por ahora, casi todos los días les pico muy fino un poco de hierba de algún prado cercano, y se la comen bien, son precisamente las hierbas las que contienen importantes cantidades de  carotenoides (un tipo de vitamina que contribuyen a dar una coloración más intensa a las yema). El calcio por ahora se lo estoy dando disuelto en el agua (tricalcarea)  para fortalecer sus huesos. Así me aseguro que lo toman. He visto comederos con partículas muy grandes, supongo que de conchas, que creo que las gallinas no pueden asimilar bien o dudo que lo coman.
Tengo que probar con las pipas de girasol y, de ser recomendables, qué cantidades se les pueden dar. Podría cultivarlo sin dificultad.
Lo normal es comprar piensos comerciales pero intentaré, si no supone mucho gasto y esfuerzo  conseguir el grano, darles yeros y guisantes en lugar de soja, además de los cereales y hacer mi propia mezcla y en función de la época del año.
No tengo que descuidarme con el agua. Los bebederos provisionales que he montado con unas latas y unas botellas no sirven; por la tarde se quedan casi vacíos.  Tengo que hacer unos más grandes y preparar unos automáticos que he comprado.
Otros días les he cocido unos trozos de calabaza o patatas y han acabado dándole patadas al recipiente vacío. De las hojas tiernas de repollo pasan, por ahora.



 En el monte las encinas proyectan muy pronto sombras frías. El hielo ahueca la tierra. Las rocas y los muros de los linderos están tapizados por musgos luminosos. Las vacas piden más alimento. El pueblo es un galápago que hiberna.

lunes, 24 de enero de 2011

Los nuevos vecinos

     Van llegando los primeros milanos procedentes de África y merodean a lo lago de la carretera. Se van instalando las cigüeñas en los campanarios y las torres eléctricas.
     Por fin he tenido un hueco para acercarme a por las pollitas de Castellana Negra al INEA de Valladolid   (Escuela de ingeniería técnica agrícola) Lo dirige un jesuita muy ocupado. Ramón, uno de los ujieres me enseña la campa con frutales donde desfilan varios gallos altaneros y un buen número de gallinas rebuscan entre las hojas de repollo que  les acaban de echar.    
     Al final me he traído nueve aves, pero creo que con el lío de escogerlas y meterlas en las cajas han entrado en el lote tres machos. Tienen un vuelo  que habrá que vigilar.
    Vamos a buscar un poco de pienso.  Tendré que molerlo una temporada. No es fácil conseguir cereales o leguminosas ecológicos. Tengo que mirar dónde conseguirlo a buen precio. Se han estado alimentando con cebada, avena, algarroba y yeros.  Además les han proporcionado calcio y árnica montana  (homeopatía) disueltos en agua.  Lo más probable es que sea un balanceado iniciador. No se si estaría bien, por ahora, cambiarles la ración. Veremos más adelante los costes. 
    El gallinero está terminado en el pajar anejo a casa.  Se recupera su antigua función.  He practicado un hueco en el muro con una trampilla para que, más adelante, puedan salir fuera.
   Estos días estamos alcanzando 6 grados bajo cero.  Las aves tienen dos meses pero tienen que aguantar. Las tengo casi todo el día con una bombilla a su altura.


   Habrá que empezar a llevar un sencillo cuaderno de explotación del “asunto”.  Los costes han sido mínimos porque no he necesitado más que unos metros de malla.  Todo lo demás procede de mi propensión a recoger y guardar cosas que otros tiran. Puertas viejas y pallets, madera del vertedero, cajas, tuberías, ladrillos…  Lo que más ha costado ha sido la gasolina para acercarme a la granja.
   En el haber, satisfacción y la sensación de sosiego que te proporcionan las pollitas y las expectativas de la puesta y la cría.  El mejor estado de ánimo  que encuentran las personas suele manifestarse cuando comienzan algo o se echan al camino.   Ya le he puesto nombre al macho más grande por su porte chulesco y flamencón: Farruco.
   La  niebla dificulta la visión por media Castilla. Es pesada y cala. El Duero discurre indolente y turbio. Vuelvo a casa.

viernes, 21 de enero de 2011

Las dichosas plagas

     Uno de los principales quebraderos de cabeza de los hortelanos aficionados es  la presencia de plagas y su control.
    Alguna mañana de primavera cuando nos acercamos al huerto, constatamos la presencia de unos nuevos inquilinos con toda su parentela.   Se han sucedido una serie de circunstancias que les han sido favorables: humedad, temperatura, entorno…  Las grandes corporaciones del  ramo han dedicado esfuerzo y dinero a conocer “los agentes” y a realizar mejoras genéticas con el fin de conseguir variedades más resistentes, excepcionalmente productivas pero del mismo modo muy propensas a otras agresiones y enfermedades. 
   Hay, por supuesto, una cantidad considerable de productos y técnicas para el tratamiento de las plagas directamente proporcional a la envergadura del problema.
      
    En opinión de los expertos en agricultura biológica, que es lo  que a mí me interesa,  es fundamental “conocer las causas del desequilibrio y las alteraciones” que se producen  en nuestro discreto ecosistema urbano.
    Como a muchos de los  urbanitas, literalmente enganchados a la glucosa, a los insectos les encantan los azúcares presentes en las plantas, jugosas y tiernas
     La agricultura biológica  desarrolla prácticas destinadas a prevenir los daños que producen determinados insectos en los cultivos.  Los manejos culturales de los agricultores expertos son fundamentales.  Van desde procurar que el ambiente sea poco propicio para los invasores (liberar espacios colindantes de pastos y hierbas adventicias, intentar que las plantas sean más vigorosas…) hasta  técnicas como la rotación rigurosa de cultivos, elección de especies resistentes o colocación de trampas.
     Cuando la aparición de la  plaga se hace evidente me gusta comenzar por métodos físicos.
    Cuando en primavera va subiendo la temperatura, puede aparecer en las plantas de patatas un  vistoso escarabajo que, no por casualidad, fue  introducido desde América.   Afortunadamente nuestro plantel no  tiene una hectárea de modo que no será muy complicado retirar manualmente a los comensales,  meterlos en un bote y posteriormente matarlos.  Existen unos guantes de látex estupendos para los más indecisos.
     Lo mejor,  entonces, en este estadio de la crisis es intentar incordiar para que desaparezcan de la zona.  Esto es viable cuando el personaje tiene tamaño suficiente para proceder así.
    Si otra tarde volvemos y vemos que los escarabajos no han desaparecido y además se aparean, seguimos intentando retirarlos manualmente.  Ponen unos huevos alargados y amarillos de aproximadamente un milímetro en el envés de las hojas. Aparecen agrupados y podemos seguir retirándolos manualmente y destruirlos quemándolos.  Hablo evidentemente de actuaciones para pequeñas superficies, de huertos urbanos colectivos donde suele haber un alto nivel de participación (al menos al principio)  de aficionados que cultivan en macetas, de modo que no es una tarea muy exigente. Es vital  examinar diariamente las plantas.
        Para animales grandes o aves pueden usarse mallas finas.  
      Cuando la plaga es de insectos mucho más pequeños  y  sus huevos son apenas visibles se emplean otros procedimientos.  Es muy frecuente la utilización de trampas con alguna sustancia atrayente.  
      Hace algún tiempo escuché a Joaquín Araujo en un programa de la radio describir una trampa muy sencilla y económica para los voladores.   Se parte una botella de plástico, de las que tiramos a docenas todos los días, justo por donde empieza a ensanchar, de modo que obtengamos un pequeño embudo; se coloca sobre el resto de la botella con el gollete hacia abajo y se llena con una disolución de azúcar morena y levadura. Hay quien utiliza zumos azucarados.  Es conocido el gusto de los insectos por la glucosa y determinados aminoácidos. Una vez dentro les resulta muy difícil salir.  Al menos con los mosquitos funciona.  Pueden colocarse recipientes con cerveza para las babosas.
    También podemos utilizar botes con restos de patatas para capturar al gusano del alambre que suele vivir en suelos con un alto índice de nitrógeno, esto es, con mucha materia orgánica.
                                       
    Para los árboles viene bien rodear los troncos con cartón impregnado con alguna sustancia pegajosa o goma, (linaza, trementina, brea de madera, manteca de cerdo…) para impedir que trepen las hormigas o encalarlos de modo que no les esté bueno el primer bocado a insectos taladradores.
      Otros procedimientos para el control o erradicación de las plagas se basan en parámetros biológicos, esto es, haciendo la vida fácil a enemigos naturales o aplicando productos químicos  con la misión de que los insectos no encuentren las condiciones idóneas para instalarse y fortalezcan la planta a través de su parte aérea o por el sistema radicular.   Hay una serie de fórmulas magistrales, maceraciones, decocciones, compuestos de plantas que son verdaderos insecticidas naturales. Se encuentran con facilidad en las páginas más conocidas relacionadas con estos temas.
    Es fundamental que los suelos estén bien equilibrados de forma que las plantas  crezcan  vigorosas;  lo que constituye en sí mismo un método de control.
     El modo de proceder dice mucho del agricultor.   No es recomendable, en mi opinión,  recurrir ineludiblemente al sobre de semillas más productiva del mercado, ni al insecticida de síntesis correspondiente.   Cierto, es más fácil: llenamos la fumigadora con la dosis precisa de insecticida y lo aplicamos sin complicaciones.  Hay para todos los gustos pero hay numerosos casos en que los insectos se hacen resistentes y no conseguimos más que envenenar la planta y los suelos.  La araña roja es especialmente pertinaz. Lo  que yo hago es llenar la fumigadora con agua y hielo. Rocío las plantas, especialmente por el envés de las hojas.  El choque térmico suele ser eficaz, pero hay que ser constante.
    Y luego están vuestra imaginación y el contacto con otros hortelanos o colectivos, las conversaciones con campesinos  expertos.  En este sentido recuerdo los consejos que me dio un pequeño labrador local.   Desconoce por completo los fundamentos teóricos y científicos de  agricultura ecológica. Me comentó que él suele utilizar un poco de lejía disuelta  en agua con un poco de jabón biodegradable.  Suele ser eficaz para el pulgón y otras plagas cuando éstas nos son manifiestamente irreversibles.  Yo utilizo un bidón de cinco litros de agua al que previamente he incorporado medio litro de lejía, luego le añado un chorrito de  jabón.  Fumigo periódicamente  las plantas hasta que compruebo que la plaga va remitiendo.  Es un buen método preventivo y además barato.   Sé que para los más estrictos partidarios de la agricultura ecológica es una aberración pero no es radicalmente contaminante, ni perjudicial  para nuestra salud.  La lejía se evapora en poco tiempo e incluso la utilizamos para esterilizar muchas verduras de las que tenemos dudas sobre su procedencia.  Algunas veces podemos ser algo pragmáticos en aras de conseguir comernos algún plato de judías de enrame. En ocasiones se pierden plantaciones enteras
       No creo que las actividades agrícolas, en las que intervienen de forma directa los factores medioambientales,  sean fáciles y siempre cómodas. Curiosidad,  tenacidad, alteridad…
     En alguna hoja suelta incidiré en estas tareas relacionadas con las plagas.  Salud.

miércoles, 5 de enero de 2011

Muchamiel


Así quedaron los tomates este otoño después de sacarles cuidadosamente las semillas. La variedad del centro es  Raf.  Los otros, Muchamiel,  en distintos grados de maduración.

martes, 4 de enero de 2011

Cultivo del azafrán

      Comenzando el mes de mayo se pueden iniciar las tareas del cultivo del azafrán.
(Crocus sativus. L)  Su hábitat es claramente mediterráneo: Grecia, Asia Menor, España, Italia, Oriente Medio...
      En los huertos urbanos o familiares  no suele tenerse muy en cuenta el cultivo de ciertas plantas plurianuales o perennes, ya sea por las limitaciones de espacio, la disponibilidad temporal de las parcelas o la demora en ver los resultados del trabajo.

      No obstante quiero hacer algunas observaciones para que se tenga en cuenta a la hora de planificar un huerto.

    El azafrán es un “cormo”, esto es, una planta bulbosa,  entre las que se encuentran también los tubérculos y los rizomas: tulipán, gladiolo, ranúnculo… Estas plantas son fáciles de cultivar y se suele recomendar su cultivo a jardineros principiantes.

     Pero sobre todo, el azafrán es una especia; la especia más cara del mundo.  El precio y el uso generalizado de colorantes alimentarios, considerablemente más baratos, pero de la misma manera más tóxicos, hacen que no sea demasiado popular su consumo, excepto en las zonas tradicionales de cultivo: Castilla-La Mancha y Teruel, Andalucía, Castellón.

    La planta es una pequeña cebollita de dos a tres centímetros de grosor y que se reproduce de forma vegetativa y anualmente.  Como tal, almacena sustancias nutritivas y está recubierta de capas ahiladas de fibras.

    Cuando se siembra, nacen entre seis y diez hojas semejantes a las del cebollino. Las flores aparecen al nivel del suelo entre octubre y noviembre; son de color lila y están compuestas por seis pétalos, 3 estigmas, 3 estambres amarillos y un pistilo blanco.

    La parte que más nos interesa de la flor es el grupo de estigmas (naranja oscuro y amarillo en la base), a los que una vez desecados llaman azafrán. Los estigmas de la rosa  del azafrán contienen un pigmento, la crocina, que por hidrólisis (Básicamente es el desdoblamiento de una molécula de ciertos compuestos por la acción del agua.) se trasforma en otros elementos orgánicos que le confieren un sabor amargo y un aroma muy peculiar: el safranal.  La crocina  tiene propiedades antioxidantes. Popularmente ha sido una planta considerada como afrodisíaca.

    Lo más importante, para lo que nos interesa, es su reproducción. El azafrán es estéril y hay que estar muy pendiente en el periodo en el que el cormo pasa del periodo vegetativo al de crecimiento. Entre diciembre y enero la planta se desarrolla: salen las hojas y crecen las raíces. Nuevos cormillos  van apareciendo y engordando, mientras desaparece el viejo o cormo madre. Para abril los bulbitos ya están plenamente formados (éstos, después de separados y replantados, no dan flores durante dos años); durante el verano la planta no cambia, hasta que a finales de agosto se inicia un nuevo ciclo.

    Tradicionalmente, el plantel se suele tener tres años en el mismo espacio. Puede ampliarse este tiempo, pero la producción disminuye drásticamente.  Tras este periodo  se desentierran las cebollitas cuidadosamente, para no dañarlas, (entre mayo y junio). Nos sorprenderá la forma tan generosa con que se ha reproducido. Se limpian, se clasifican, se escogen las más sanas y se vuelven a plantar en otro lugar preparado con antelación.

    La cebolla del azafrán enferma normalmente por el ataque de hongos, como el llamado “mal vinoso”, y  si se ve afectada, la planta muere.  Pero lo que al pequeño hortelano le interesa es deshacerse de los bulbos “tocados” y actuar preventivamente seleccionando los cormos sanos cuando se cambian de lugar.

    Estas son algunos de los argumentos para incentivar su cultivo:

          •  Es una planta ideal para personas que cultivan en macetas, en terrazas, en jardineras altas,  huertos urbanos, etc. Podemos, por ejemplo, hacemos un pequeño plantel en unas cajas de fruta, que podemos cambiar de sitio con facilidad, teniendo siempre en cuenta que le gusta el sol.

          •  Es un cultivo de invierno. Cuando en el huerto apenas hay trabajo y quedan pocas plantas, el azafrán nos ofrece una oportunidad de continuar acudiendo al huerto a realizar tareas que no requieren gran esfuerzo, y nos ofrece durante unos días un vistoso toque de color.

          •  En realidad, no es una planta exigente. Yo he tenido algún plantel de azafrán en la huerta, abandonado durante años y siempre he recolectado alguna flor. Se recupera con facilidad.
   
          •  Requiere suelos medianamente fértiles. En determinadas zonas es un cultivo de secano. Podemos, por ejemplo, rellenar nuestros cajones de fruta o jardineras, con una mezcla de tierra rica en materia orgánica y arena al 50%.

          •  No se necesitan herramientas especiales, salvo unas buenas uñas para cortar la rosa durante la recolección.

          •  Las tareas periódicas son muy sencillas y distanciadas a lo largo del año.

          •  No precisan tratamientos fertilizante rigurosos. Se puede incorporar humus durante el mes de marzo  tras alguno de los rastrillados.
    Nunca he tratado el azafrán con ningún herbicida sintético o natural. Si la cebolla está enferma se desecha.

          •  Es una planta resistente  a las variaciones meteorológicas, ya sea por el aporte de agua o por los cambios de temperatura (-15 a 40). En la Meseta Norte yo la cultivo sin problemas. El periodo de floración no suele coincidir con el periodo de heladas más persistentes.

    Veamos ahora algunas cuestiones prácticas  sobre su cultivo. Tradicionalmente se siembra a una o dos caras. DIBUJO Para un pequeño huerto podemos hacer dos o tres caballones y rebajarlos hasta que tengan 20 cm de ancho en la parte más alta y luego separar estos entre 40 y 50 cm, si se va a pisar.

    Gran parte de los procedimientos y técnicas de la agricultura urbana o a pequeña escala o incluso de la agricultura biológica, recomiendan no pisar las plantaciones. En consecuencia, si el espacio destinado al cultivo va a ser estrecho, pueden juntarse más los surcos o incluso hacer surcos equidistantes.

     Se pueden plantar entre 10 y 14 cormos en función del calibre del mismo.  Es sencillo: se prepara un primer surco de unos 15 cm de profundidad, y se colocan en el las cebollitas con el ápice hacia arriba, hasta completar esta primera hilada.  Con la tierra que sacamos al preparar el segundo surco, vamos tapando, los cormos del primero, y así sucesivamente.

    En mayo, cuando se realiza esta labor, suele hacer calor, por lo que es conveniente regar después. Si la tierra tiene un buen tempero (De temperar. 1 Sazón y buena disposición en que se haya la tierra para las sementeras y labores. DRAE), no creo que fuera necesario. Lo que no hay que olvidar es comprobar el grado de humedad y regar unas semanas después si fuera necesario.

    Tampoco hay que olvidar ir quitando las “hierbas adventicias” (no hay hierbas malas) con un ligero rastrillado o escardado (en algunas zonas lo llaman "escabuchar"). Esta operación mantendrá el suelo esponjoso.

    Una vez empieza la floración hay que recoger la rosa todos los días, preferentemente por la mañana. Si se marchita  pierden frescura los estigmas y se separan muy mal. Hay que esperar a que esté completamente abierta. Nos encontraremos capullos alargados, que dejaremos para el día siguiente.

    Para separar la parte más útil de la flor se cortan los estigmas justo donde empieza a cambiar a un color mas amarillento, de forma que las tres hebras quedan unidas. No vamos a desbriznar una hectárea, por tanto, es una operación grata.

    Una vez separados los estigmas, se guardan en un lugar fresco y seco para airearlos: una lata, una caja de cartón…Siempre hay que procurar que queden enteros y observar su longitud y su color oscuro. Al manipularlo, suelen mancharse los dedos de amarillo y huele intensamente.

    Cuando finaliza el periodo de floración, que dura varios días, la planta sigue creciendo y las hojas se desarrollan a modo de espartillo; éste se siega o se corta con unas tijeras a ras del suelo, una vez empieza a secarse. La planta quedará oculta hasta la siguiente floración.

    El acceso al agua de los huertos urbanos permite realizar riegos esporádicos, dependiendo de los aportes naturales.

    Hay  que procurar, como siempre, que las plantas no tengan competencia de otras no deseadas y que la tierra no esté apelmazada, al menos unos días antes de que vayan a brotar. Son tareas sencillas que pueden hacerse en cualquier momento, y que no requieren grandes esfuerzos. Es fácil olvidarse del azafranal en periodos de gran actividad primaveral, pero el cultivo no se resentirá. Se pueden dar tres rastrilladas anuales entre filas: después de la cosecha, en septiembre y marzo.

   Es fundamental, tener muy en cuenta, que no se podrá volver a cultivar lo mismo durante cuatro años. Suelen aparecer enfermedades y el suelo estará agotado.

   ¿Qué hacemos cuando tenemos un buen puñadito de estigmas?

     Una vez terminada la cosecha, podemos tostar los estigmas o desecarlos.  Si es poca cantidad, se puede hacer con un simple papel de aluminio, en una sartén o sobre una plancha metálica al fuego suave (cuidado, se quema con facilidad). El color ligeramente anaranjado ira tornando a un rojo más oscuro. Tenemos azafrán para la próxima paella de la huerta del verano. En ocasiones, simplemente lo dejo cerca del fuego del hogar, hasta que se vaya secando y se haga más quebradizo.

    Si por alguna circunstancia, no se desea continuar el cultivo o se van a realizar nuevas planificaciones del huerto, etc., podemos conservar los cormos. Se seleccionan los más sanos, se limpian de tierra y exceso de capas y se cortan las raíces; luego se clasifican por tamaños. Podemos meterlos en tarros de cristal o en cajas de cartón con serrín grueso o papel de periódico para que absorban el exceso de humedad. Puede aguantar varias temporadas.

    En la red podréis encontrar numerosas  imágenes, cultivos tradicionales, localizaciones, anecdotario, referencias antropológicas, etc.  Salud.