Hay un preciso momento de la mañana, mientras enciendo el fuego, que me importa. Coger la cerilla… desayunar y ponerse en marcha. Aquí, a las 8 de la mañana, la luz aun no puede con la noche.
Después de varios días sin atender a las aves, a causa de un viaje, las veo más activas. Han permanecido casi a oscuras y no parece haberles afectado las bajas temperaturas. Fuera se están alcanzando estos días 9 grados bajo cero y afortunadamente, era mi mayor temor, no se ha congelado el agua de los bebederos.
Estas son algunas fotos. ¿Alguien puede identificarlos? No sé si las fotos serán suficientemente buenas. He preguntado a algún vecino y conocen más o menos las mismas que yo: cebada, avena, centeno, yeros y poco más.
Les he complementado la dieta con algo de pan rallado, y se devoran casi una barra algún día que otro. A todos nos gustan las golosinas.
Este es el molinillo ad oc.
La proteína nunca debería superar el 30% de la mezcla, pero con bajas temperatura es fundamental su aporte, porque proporciona a las gallinas las calorías necesarias para mantener la temperatura corporal (he cogido alguna gallina, no sin dificultad, y parecen estar sanas).
De modo y manera que, comparativamente, algunos de los piensos comerciales pueden tener carencias. Suelen incluir maíz o soja de origen no siempre recomendable (lease contaminación reciente con dioxinas de los piensos en Alemania). Intentaré cultivar un poco y ver como se da.
Algún ganadero me ha comentado que los cereales de la zona de Castilla suelen estar cultivados de forma tradicional y están relativamente “limpios”. Todos proceden de unos pocos distribuidores.
Tampoco quiero privar a las aves de los”bichitos del campo” y demás proteínas, entre otras cosa porque si comen fuera de casa, con cargo a la madre naturaleza, el ahorro en alimentación es importante. Si las aves están sueltas desarrollan sus potenciales mas silvestres: búsqueda de alimento escarbando, movilidad, baños de arena para su higiene personal, etc.
Como la meteorología no lo permite por ahora, casi todos los días les pico muy fino un poco de hierba de algún prado cercano, y se la comen bien, son precisamente las hierbas las que contienen importantes cantidades de carotenoides (un tipo de vitamina que contribuyen a dar una coloración más intensa a las yema). El calcio por ahora se lo estoy dando disuelto en el agua (tricalcarea) para fortalecer sus huesos. Así me aseguro que lo toman. He visto comederos con partículas muy grandes, supongo que de conchas, que creo que las gallinas no pueden asimilar bien o dudo que lo coman.
Lo normal es comprar piensos comerciales pero intentaré, si no supone mucho gasto y esfuerzo conseguir el grano, darles yeros y guisantes en lugar de soja, además de los cereales y hacer mi propia mezcla y en función de la época del año.
No tengo que descuidarme con el agua. Los bebederos provisionales que he montado con unas latas y unas botellas no sirven; por la tarde se quedan casi vacíos. Tengo que hacer unos más grandes y preparar unos automáticos que he comprado.
Otros días les he cocido unos trozos de calabaza o patatas y han acabado dándole patadas al recipiente vacío. De las hojas tiernas de repollo pasan, por ahora. En el monte las encinas proyectan muy pronto sombras frías. El hielo ahueca la tierra. Las rocas y los muros de los linderos están tapizados por musgos luminosos. Las vacas piden más alimento. El pueblo es un galápago que hiberna.
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